El diamante de Moonfleet

El diamante de Moonfleet, me ha hecho revivir la absoluta emoción y felicidad de mis primeras lecturas de la Isla del tesoro, El Capitán Blood o Scaramouche.
 
La novela de aventuras es un gran género, un género necesario y que despierta como ningún otro el amor por la lectura.
 
Esta obra tiene todo:
 
-El joven en camino de aprendizaje, John Trenchard. Absolutamente bien construido;  porque no es perfecto, honesto y de buen corazón a veces duda de sus propios y primeros principios, falla y sufre, pero es leal , como lo son los héroes.
-Grace, amada, valiente y constante, con todo en contra pero fiel hasta el final, el espíritu que dará valor a John a lo largo de sus calamidades, ella y su luz en la ventana son toda una metáfora de la de y el futuro.
-Y el gran, enorme y fabuloso personaje del maestro, padre, compañero, protector: Elzevir Block, uno de los personajes que más admiración, cariño y emoción me ha despertado de entre todas mis lecturas. El lobo de mar, fuerte hasta el final, duro pero lleno de amor. Inolvidable hasta que se te saltan las lágrimas.
 
Una novela con supersticiones piratas, contrabando, amor, un tesoro, lucha gigantesca contra el mar, persecuciones, naufragios prisión… y un final que te remueve desde dentro, como las olas de la bahía de Moonfleet remueven los guijarros del fondo en la tormenta.
 
John Meade Falkner debería estar en el podio de los grandes solo por esta maravilla.
 
Gracias al   por haberme puesto en la pista de este título, aun no sé como pude pasar mi juventud sin encontrarme con él, pero me alegro de haber podido sentirme como entonces gracias a este libro.