El soborno

Lacy y Hugo son dos abogados que trabajan para el CCJ (Comisión de Conducta Judicial) en Florida, investigando sospechosas actuaciones de los jueces.
Un día reciben el encargo de reunirse con un informador anónimo que les hace llegar unos datos escalofriantes sobre la corrupción de una jueza a lo largo de varios años, implicada en negocios turbios con la mafia y la instalación de un casino en tierras indígenas de los Tappacola. A partir de ese momento comenzará una investigación complicada y que pondrá en serio riesgo sus vidas.
Como siempre digo es muy difícil encontrar un libro malo de John Grisham, a lo largo de los años sabes perfectamente lo que te va a ofrecer, un conocimiento total de lo que se mueve en los juzgados, mucha intriga y ritmo frenético. En este caso, además, me ha sorprendido el trato que reciben los descendientes de los indígenas norteamericanos, permitiéndoles el control total de casinos en diferentes estados, sin pagar impuestos e incluso cheques mensuales cuantiosos sin necesidad de trabajar. Supongo que la discriminación positiva siempre tiene lagunas peligrosas, aunque sea lógico otorgarla a colectivos desfavorecidos, siempre habrá «listos» que se aprovechan para delinquir en nombre de esas prerrogativas y haciendo que gente que de verdad lo necesita, sufra la incomprensión del resto de la sociedad.
Siempre recomendaré la lectura de Grisham, junto con otros escritores de finales del siglo pasado, Clancy, Cook, Forsyth, cada uno en su estilo, saben bien lo que es entretenimiento.