Condenado a muerte

David Beckett lleva doce años en el corredor de la muerte por haber cometido tres salvajes asesinatos a mujeres con una apariencia bastante peculiar. Tras perder su última apelación y ver que su fin llega en menos de un mes decide hacerle una confesión a Riley, su hija, que hará que el mundo de esta se tambalee.

Riley aun tiene pesadillas desde que se llevaron en plena noche a su padre a Polunsky, la cárcel. Solo tenía 6 años y ella sigue defendiendo a su padre puesto que sabe perfectamente que es inocente de estos crímenes. Lo peor es lo dura que ha sido su vida desde entonces, el rechazo de la gente, las amenazas de muerte que recibe a diario, todo esto la ha convertido en una chica solitaria y desconfiada. Cuando su padre le hace una confesión que no se espera, ya no sabe que creer, ni a quién. Ya tiene 17 años y quiere que sus más allegados le cuenten la verdad o ella misma la encontrará.

No lo hará sola, conocerá a Jordan, un chico que también arrastra un pequeño secreto y que estará a su lado en todo momento a pesar de que le costará lo suyo.

Además tiene al Sr. Masters, el abogado de su padre e íntimo amigo de la familia de toda la vida. Un personaje que se ha ganado mi respeto totalmente por hablar sin tapujos, por tener las ideas claras y porque es el único que sabe manejar a Riley sin mentiras.

Una novela con capítulos cortos, súper adictiva, hará que te la leas sin darte cuenta. Además no se recrea en detalles escabrosos ni en banalidades. de sus 393 páginas no le quitaba ninguna… Y el final? Madre mia, solo puedo decir eso.

Os animo a leerla y que descubráis todos los entresijos que hay dentro de la familia Beckett y del sistema penal de Texas en el que aun existe la pena de muerte. No es un caso real, pero bien podría serlo, y como dato os diré que el penitenciario Polunsky existe y sigue funcionando y es exclusivo para hombres. Hay otro distinto para mujeres