Un cesto lleno de cabezas

Tenía ganas de leer este cómic desde hacía tiempo puesto que lo había visto en varias reseñas y parecía muy de mi estilo, así que cuando por fin lo vi en la biblioteca no dudé en cogerlo prestado.

June ha ido a recoger a su novio Liam a Brody Island tras un verano trabajando allí como ayudante del sheriff. Antes de volver a sus vidas, June y Liam van a cenar con el sheriff, su mujer y su hijo, que han tenido a bien alojar a Liam durante esos meses. El problema es que justo esa noche unos presos peligrosos se han escapado y temen que provoquen altercados en la isla, a lo que se junta una tremenda tormenta que les deja aislados completamente. Mientras el sheriff busca a los prófugos, la pareja cena con su mujer y su hijo, pero tras recibir la noticia de que uno de los policías ha muerto en acto de servicio, ambos se marchan para acompañar a la viuda, quedándose June y Liam solos.

A partir de ese momento la cosa empieza a ponerse muy loca. Los supuestos presos asaltan la casa del sheriff y, mientras June se esconde, Liam es capturado. Cuando June sale se encuentra con uno de ellos, al que termina por cortar la cabeza en defensa propia con un hacha vikinga. La cuestión es que, aún estando separada del cuerpo, la cabeza puede seguir hablando, y gracias a ello iremos desentrañando la verdad sobre todo lo que está sucediendo en la isla esa tormentosa noche.

El cómic podría enmarcarse dentro del género slasher, que se mueve entre la sangre a chorros y los toques cómicos, y la verdad es que en este sentido es una auténtica maravilla, y lo dice alguien que no lo tiene como uno de sus géneros preferidos. Creo que la estructura narración es súper ágil y totalmente creíble dentro de lo increíble del género, además de contar con un dibujo brutal y una historia interesante, así que lo recomiendo fervientemente, (sabiendo de antemano lo que se puede esperar de este tipo de cómics, claro).