Un mapa de sal y estrellas

Este libro es mágico y a la vez duro. Es duro porque no cuenta la típica historia feliz, cuenta algo realista y que está ocurriendo en la actualidad: una niña inocente con su familia que tiene que sobrevivir a la guerra y huir de su país.
Nour es tan madura para su edad y afronta todo tan bien, no me puedo imaginar en su lugar.
Es muy bonito que, a pesar de las dificultades por las que tienen que pasar, aprecian las culturas de los distintos países por los que está pasando... se disfruta mucho cómo muestra distintas escenas en siria, algeria, egipto, marruecos, ceuta...
Al mismo tiempo tiene un toque místico porque se cuenta una historia paralela (que era la que le contaba a Nour su padre) en la que Rawiya, con 16 años, se hace aprendiz de un sabio creador de mapas y se recorren los mismos países que Nour recorre con su familia, luchando contra seres mitológicos y personajes históricos.
Creo que tiene un significado profundo, que ese cuento "fantástico" que le contaba su padre servía para darle fuerzas y esperanzas a Nour y que en el fondo refleja cómo es ese costoso viaje, y hay que luchar, no con seres mitológicos, sino con la sociedad y otros aspectos.
Llorar es un requisito para terminar este libro, pero es muy necesario. Ver cómo se van perdiendo seres queridos por el camino es realmente duro.
Le recomendaría este libro a cualquiera, porque también sirve para que tenga una visión sobre lo que están pasando las personas inocentes en Oriente Medio.