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Cuando vi este libro lo primero que me llamo la atención fue la portada. Es sencilla, sí, pero a mí me cautivo al instante y, lectores de romántica, tenéis que leerlo. Un amor casi de repente es una novela romántica en la que nos encontramos con un par de clichés como trama principal: convivencia forzada y de enemigos a amantes. Así, a priori, esto es algo muy trillado, pero ¿a quién no le gusta un cliché bien hilado? A mí me encantan. Summer, guionista en proceso de hacerse un nombre, llega a su casa de vacaciones con George, su pareja y critico literario, pero nada más poner un pie dentro se topan con Blake, escritor de renombre, y Cheyenne, actriz. A ambas parejas les han prestado la casa y ninguna esta dispuesta a marcharse, pero la cosa empieza a ponerse interesante cuando, por distintos motivos, Cheyenne y George se marchan dejando a Summer y Blake solos. al principio todo serán pullas entre ellos, pero ese tira y afloja ira mutando en otra cosa y acabarán por entenderse mucho mejor de lo que ellos esperaban. Con este libro me he reído muchísimo y lo que más me ha gustado es lo bien construidos que están los personajes. Tanto Blake como Summer tienen personalidades muy marcadas y diferentes, pero que encajan a la perfección. Lo que menos me ha gustado ha sido la falta de epílogo, que para mí es esencial en este tipo de novelas. La ambientación es sencilla, prácticamente toda la historia trascurre en la mansión de revista en la que están alojados. Lo que si es de alabar es la pluma de la autora que me ha gustado mucho por su sencillez y agilidad. El libro esta narrado en primera persona, presente y a dos voces, lo que permite conocer el punto de vista de los dos personajes principales y así no perder detalle de la historia. En resumen, un libro fresco, divertido y romántico que os recomiendo un montón. |
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