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Segunda de las tres historias autoconclusivas con las que Norma homenajea a la serie de televisión, en este caso Holmes y Watson se ven envueltos en unos asesinatos cuyo único elemento común son unas extrañas pintadas sin aparente sentido. Pronto descubrirán que los asesinados no eran víctimas inocentes y que una importante mafia china está implicada en tan turbio asunto. La historia sufre varios altibajos, sobre todo porque el formato no es el más adecuado para la narración de escenas de acción, las cuales han quedado algo confusas. Al ver la portada y contraportada, se da cuenta uno de que este cómic ganaría mucho con una edición a color y, por supuesto, con un sentido de lectura europeo. No obstante, con sus carencias, sobre todo porque el primer episodio: estudio en rosa, me había parecido brillante, no es un mal cómic, entretiene, y sus casi 200 páginas se leen en un suspiro. |
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