Algún día volveré a buscarte

Samir Santos, capitán de la Policía Judicial de Valencia, ha crecido en un centro de menores. Con sólo tres años su madre le dijo "no te muevas, vuelvo enseguida", y lo dejó en la playa de El Saler para no regresar. Treinta años después, en elmismo lugar en que fue abandonado, aparece muerta una mujer, y en su bolsillo encuentran un papel con el nombre y los datos de Samir. Algo que obviamente no es casual, y que será el detonante para que el capitán trate de averiguar qué ocurrió realmente la noche de su abandono y, sobre todo, qué fue de su madre.

A veces una portada te llama poderosamente la atención, la sinopsis te atrae, lees algunas reseñas positivas y decides darle una oportunidad a un autor del que aún no has leído nada. Y te encuentras con una historia que te atrapa pero que pide una lectura pausada, porque te muestra el sufrimiento de un niño y de un adulto, alternando entre el pasado y el presente. Una historia que requiere leer poco a poco, sin atracones ni prisas por saber qué ocurrirá, que pide avanzar despacio para compartir lo que sentía el niño y lo que siente el adulto. Un adulto que comparte la investigacion y sus miedos con la teniente Ochoa, una nueva pareja policial de la que, quizá (ojalá), tengamos alguna otra entrega en el futuro.

"Lamentablemente solo cuando has vivido aprendes cómo no deberías haberlo hecho" 📃 Y, afortunadamente, a veces caen en nuestras manos historias maravillosas como esta. Que por la zona en la que transcurre me ha despertado algunos recuerdos y que transmite una tremenda ternura por un Samir niño, adolescente y adulto, que crece marcado por el pasado. Una historia para leer disfrutar y recomendar. No lo dudes.
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