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Seguimos con la historia de Fernando de Rojas. En esta ocasión la aventura se encuentra entre el segundo y el cuarto libro. Así que nos encontramos con un Fernando joven, pero ya no es un estudiante de Salamanca. Rojas termina de resolver un caso para Fernando el Católico cuando su amigo y mentor Antonio Nebrija lo va a buscar para que solucione el problema, han entrado en la imprenta en la que estaban pasando sus libros y los han robado. Además, han asesinado al cajista y aparecerán otros sabotajes. A mayores de todos estos problemas, Nebrija recibe una carta para presentarse en Sevilla ante el Santo Oficio para aclarar un asunto sobre uno de sus libros. Este libro tiene el mismo problema que los libros anteriores, desde el cuarto en adelante. Y es que no hay investigación, y las cosas que le van saliendo en el camino no son demasiado interesante, por lo que terminas perdiendo el interés y aburriéndote. Además, en este libro al estar por medio la iglesia, hay debates teológicos y filosóficos sobre la palabra y las hipocresías de la Iglesia, por no hablar de las perdidas de las traducciones. Y no digo que no tenga sus partes interesantes, pero este libro especialmente se hace bastante denso de leer a pesar de tener tan pocas páginas. |
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