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Humo blanco es un thriller psicológico con un toque de terror. Una novela sobre una casa muy peculiar, con un pasado lleno de misterios, tragedias y todos los demás clichés que caracterizan a estas historias. Hasta aquí, ningún problema. Todo sigue su curso normal, pero… Humo blanco tiene un aire muy moderno y eso chocó un poco a alguien acostumbrada a casas situadas en páramos, aisladas del mundo y en un entorno donde la lluvia parece no tener fin. Y toda esta modernidad le restó un poco de espíritu espeluznante, pero también fue el encanto que me hizo devorar el libro en dos días. Porque la narrativa de Tiffany es adictiva, engancha y tiene toques de humor que te hacen reír. Mucho más que una historia, Humo blanco nos cuenta la vida de la protagonista. Y eso marca la diferencia. Mari es un personaje cautivador, que se desenvuelve con soltura en el libro. Es una chica del siglo XXI, adicta a su teléfono móvil, que utiliza tutoriales de YouTube para todo y que tiene fobia a las chinches (y la autora desglosa esto de una forma que saca esas risas que mencionaba antes). Pero Mari también tiene un pasado problemático: una adicción que intenta superar. Y eso no es fácil cuando no siempre cuentas con la confianza de tu familia. Cuando se mudan a una nueva ciudad en busca de un nuevo comienzo, las cosas se tuercen porque la casa parece tener costumbres propias y parece jugar con ellos. El pueblo también alberga sus propios misterios, con peces gordos que tienen muchos secretos y una forma peculiar de tratar a cualquiera que no siga sus directrices. También hay un predicador religioso que extorsiona abiertamente a la gente en programas de televisión… Pero, ¿es realmente así, o Mari solo vive una ilusión, fruto aún de sus traumas no resueltos? Este es el misterio que debemos desentrañar en este libro. El suspense que Tiffany D. Jackson desarrolla en este pueblo/casa encantada, con un ligero aire de terror, está bien atado y es creativo. Hace honor al dicho de que el mayor peligro en estas historias embrujadas son los vivos, no los muertos. La cuestión racial, que aún hoy hierve incómodamente en la sociedad estadounidense, está presente y la autora lo puntualiza y contextualiza bien. Pero es en las secuencias de las divagaciones y el buen humor de la protagonista donde el libro tiene su mayor fuerza. Humo blanco garantiza horas de lectura y diversión. No es un libro para asustar a nadie, al contrario, enseña buenas lecciones sobre cómo el terror puede estar muy cerca de nosotros, a partir de actos y acciones que practicamos, toleramos o de los que somos víctimas. Diviértete y ¡cuidado de las chinches! Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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