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El Tíbet, siglo XVIII. En un pueblo entre montañas vive Kan Shiba, un aprendiz de médico de 13 años de buen corazón y obsesionado con las plantas medicinales. Su vida transcurre entre recoger hierbas, preparar medicinas y ayudar a quienes lo necesitan. Un día, un grupo de comerciantes ambulantes llega al pueblo, acompañados de una hermosa muchacha: Lati Moshi. Para sorpresa del joven médico, resulta ser su prometida, que va a vivir en su casa hasta el día de la boda. ¿Es posible que surja un amor verdadero fruto de este matrimonio concertado? Empezando por el arte del tomo, me ha parecido un poco ambivalente. Hay escenas preciosas y la vestimenta está llena de detalle, con ilustraciones delicadas de pequeños gestos de los personajes. al mismo tiempo, hay viñetas algo toscas en relación con las expresiones de los protagonistas o sus movimientos, lo que estropea un poco la experiencia. En relación con la historia y los protagonistas, me ha gustado mucho esta introducción de los mismos. En este tomo empiezan a conocerse y su relación se desarrolla con gran naturalidad, en ningún momento se siente forzada a pesar de ser un matrimonio de conveniencia. Kan y Lati son adorables, ambos son muy inocentes y amables, lo que refuerza que les cojas cariño. Esto se debe, en parte, a su juventud, pues ambos tienen 13 años, por lo que veremos el surgir de un tierno amor adolescentes. Lo que me parece más interesante de este manga es el trasfondo cultural. El mangaka nos presenta parte de la antigua cultura tibetana a través de los personajes, enseñándonos como preparaban medicinas, tintes o recetas. Me ha gustado mucho descubrir parte de una cultura tan desconocida de una manera amena y entretenida. Estoy deseando continuar la historia de Kan y Lati y ver cómo evoluciona su relación, acompañada del descubrimiento de pequeños detalles de una cultura tan lejana. Un tomo interesante que te deja con una sensación muy agradable y que resulta fascinante de leer. Irbis. |
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