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Es un libro maravilloso, muy muy especial y emotivo, al que no le falta detalle, y en el que todas las piezas van encajando de una forma en la que es imposible soltar el libro hasta el final, un final, por cierto, PERFECTO. El abuelo de Javi falleció cuando él era un niño de 10 años, pero jamás pudo olvidarlo. En la actualidad, aunque este libro nos muestre la poca importancia que tiene el tiempo, Javi es un adulto cuya devoción es pintar acuarelas. Un día visita la tumba de su abuelo, y termina reencontrándose con él y con varios personajes inolvidables en Ciudad Recuerdo. No quiero contar mucho más, pero si quiero recomendaros que disfrutéis de este libro, del valor que tiene calar hondo, dejar bonitos recuerdos en las personas que te quieren. La edición, por cierto, es preciosa, muy cuidada. Un libro maravilloso tanto por fuera, como por dentro. |
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