Con un estilo fresco y desenfadado, la autora consigue algo muy difícil: generar sonRISAS. Buena culpa de ello la tiene el personaje de la Muerte. ¿Cómo se puede ser tan repulsiva, malhablada, marrana... y a la vez conseguir que el lector esté deseando que vuelva a aparecer en escena? Iris, muchas gracias por los divertidísimos ratos de lectura que me has hecho pasar.
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