5 es el número perfecto

Cuando le eché la primera ojeada a esta novela gráfica tuve la certeza de que, me gustase más o menos no iba a dejarme indiferente, y no me equivoqué. Lo primero que me llamó la atención de esta gran obra es su apartado artístico, el estilo casi caricaturesco, las dimensiones distorsionadas de los escenarios, y por supuesto ese "blanco y azul" que contribuye a crear una atmósfera única, que alcanza sus puntos álgidos (en mi opinión), en los momentos oníricos. El enfoque de las pequeñas escenas de acción me recordaron vagamente al estilo de Frank Miller en Sin City, aunque no por ello carecen de una personalidad única, como la totalidad de esta obra.
La historia se desarrolla casi en su totalidad en la Nápoles de los años 70, en la que Peppino, un sicario retirado deja pasar los días en una especie de standby mientras espera a la muerte con la única alegría de contar con la compañía ocasional de su hijo, que siguió sus pasos como asesino a sueldo de la mafia. Pero una tragedia le hará salir de su retiro...
Una de mis preocupaciones al leer esta historia era que temía encontrarme ante la típica historia en la que se glorifica a los mafiosos y se dota a sus terribles protagonistas de un glamour que poco se corresponde con la realidad de lo que implican sus acciones. No digo que en esta historia se condene de ninguna forma ese tipo de forma de vida, o los actos que conlleva, pero al menos no contribuye a dotarle de unas virtudes de las que carece. de hecho, resulta interesante como se muestra la vida de Peppino como sicario como algo casi cotidiano, ni bueno ni malo, sencillamente la vida que le tocó vivir y que nunca se planteó hacia donde le llevaba o que conlleva.
Los diálogos contribuyen a reforzar esa idea de cotidianeidad, pero también cuentan con una gran profundidad y ocasionalmente, de ternura. Es esta ternura que tiene esta historia violenta uno de los aspectos que más me han sorprendido, y que más me han enganchado de esta historia, ya que hacen que le cojas un gran cariño a Peppino, un hombre capaz de liquidar a decenas de hombres sin apenas pestañear, pero que sin embargo guarda en su corazón un espacio para el amor, la amistad y la compasión.
Es la primera obra que leo de este autor, gracias un gran amiga, pero tengo muy claro que no será la última.