Verdades enterradas

Si hay una serie que estoy disfrutando como una enana es ésta, la conocida como serie de Sebastian Bergman (por uno de sus protagonistas). Una serie que ya va por la séptima entrega, la que será la penúltima. En el 2023 podremos disfrutar de la octava y última.

Éstas son mis impresiones

Han pasado tres años desde el último caso que llevó el equipo de Torkel. Tres años en los que, supuestamente, habrán tenido más casos, iniciados y resueltos. Y tres años en los que la vida personal de los protagonistas ha evolucionado.

En esta ocasión, el equipo de investigación de homicidios tendrá que trasladarse a Karslhamm, una pequeña ciudad costera bastante alejada de Estocolmo. Allí ha habido un asesinato y la policía local no tiene ninguna pista por dónde tirar así que requiere la ayuda del equipo especializado en el tema. La cuestión es que esa muerte no va a ser la única pues pronto se descubren otras que parecen estar relacionadas. Y da la impresión de que el asesino o asesinos no ha parado de matar.

Por otro lado, iremos conociendo a ese asesino o asesinos. En esta ocasión vamos a ir por delante del equipo investigador pues pronto conoceremos al malo/s de la historia y los motivos que tiene/n para actuar. Reconozco que me suele gustar más cuando averiguo quién es el asesino al final de la novela pero que esta otra opción, la de conocer al malo antes que la propia policía y, por lo tanto, ir por delante de ella, no me disgusta nada. le da otra visión al asunto, quizás menos sorprendente pero un pelín más interesante.

En esta ocasión los autores han cambiado un poco el estilo de historia. Es una serie en la que siempre han sido sumamente importantes las historias personales de los personajesn; de hecho, el tema personal va a más en cada entrega. Hasta ahora, tema policial y tema personal avanzaba más o menos a la par; en esta ocasión, sin embargo, los autores se centran primero en resolver el caso policial (con algún atisbo de los casos personales) y cuando el caso está completamente resuelto se centran en los casos personales. En el último tercio del libro no hay investigación policial propiamente dicha (al final sí que la habrá pero no os digo por qué para no desvelar nada) y sí historias personales.

A mí el caso policial me ha gustado: como siempre, me ha parecido muy bien traído y con una investigación minuciosa e interesante. Menos sorprendente que en otros casos por lo que ya he comentado de que vamos por delante de la policía, pero igualmente entretenido y absorbente.

Pero lo que más me ha gustado es el tema personal. Es lógico que así fuese porque es un aspecto que ha ido a más en la serie, sobre todo respecto a un personaje. La sexta entrega me dejó mordiéndome las uñas y, claro, estaba deseando saber qué había pasado con ese personaje. Mis deseos han quedado sobradamente satisfechos. Pero, además, todos los personajes van a tener su parte de protagonismo. Algunos desde fuera del equipo porque las circunstancias profesionales han cambiado bastante. La vida personal de la mayoría ha evolucionado mucho en estos tres años, algunos a mejor, otros a peor. Y, como siempre, los asuntos de Sebastian Bergman ocupan una buena parte de la novela. Lo que le pasa en esta ocasión me ha dejado totalmente a cuadros, jamás me lo hubiese podido imaginar.

Como siempre, se trata de un libro sumamente entretenido y fácil de leer. Escrito con mucho ritmo, me ha enganchado desde la primera hoja hasta la última y me ha sorprendido en varias ocasiones. Para no variar también, deja cosas abiertas para resolver en la siguiente entrega. Lástima que aún no esté ni escrita porque, de estarlo, me tiraba a por ella de cabeza.

Conclusión final

Es difícil mantener el nivel en una serie tan larga y estos autores, en mi opinión, lo consiguen. Esta entrega no me ha parecido la mejor de la serie (a mí las que más me han gustado fueron, si no recuerdo mal los números, la segunda y la quinta, precisamente en las que aparece un tal Hinde); pero sigue siendo buena, al nivel del resto de la serie. al menos yo la he disfrutado como las seis anteriores.

Por cierto, hace poco me dijeron en Instagram que les llamaba este libro y que si se podía leer sin haber leído los anteriores. Ya sabéis que no soy purista de seguir las series en orden pero en este caso la respuesta es un rotundo no. La parte personal de la serie tiene tanta importancia como la policial así que hay que conocer a los personajes en la primera entrega e ir viendo su evolución (que en algunos casos es tremenda). Considero que hay que leer la serie en orden pero, en esta entrega, aún más: leer esta novela sin leer las anteriores supone disfrutarla a medias: como mucho podrían disfrutar del caso policial pero luego quedarían cien páginas o más que no acabarían de entender y, desde luego, no disfrutarían como los que conocemos a los personajes. Así que, ya sabéis, empezad por el primero. Sé que da pereza ponerse con una serie tan larga pero en este caso vale muchísimo la pena.

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