Nos encontramos frente a un libro de 501 páginas. Este es el séptimo tomo de la Serie Bergman así que voy a dar mi opinión sin entrar en muchos detalles para no spoilear nada. En este libro encontraremos a nuestros personajes principales 3 años después del último caso en Upsala el cual les marcó mucho a todos. La Unidad de Homicidios de Estocolmo debe encargarse de un asesino en serie que está dejando cadáveres en la pequeña ciudad de Karlshamn sin ninguna conexión aparente. Además Sebastian Bergman ha decidido dejar la vida que llevaba y abrir una consulta terapéutica, a él le parecerá más interesante la suciedad de sus ventanas que sus pacientes hasta que llega Tim. Debo empezar haciendo una división del libro en dos partes, la primera mitad me ha resultado algo lenta, muy predecible y con falta de giros, además me ha faltado la esencia de Sebastian Bergman, el carácter de Vanja, además Billy está muy tranquilo… no sentía a los personajes que recordaba PERO hacia las tres cuartas partes la cosa se empieza a poner interesante cuando descubren un cadáver que no toca, que es de un libro anterior y que pondrá el mundo de todos nuestros protagonistas patas arriba. Vuelve el Bergman que recordaba y lo moviliza todo. ¿Porque hasta donde llegarías para asegurarte de no ser descubierto en algo? Y esa es la parte más interesante y que me ha dejado con las ganas de leer la siguiente novela y creo que la última. Porque lo que sí que tienen estos libros, los siete, es el FINAL, son totalmente brutales de tal manera que te deja con las ansias de querer saber más. |