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“Preferiría no decir nada” Seguro que a más de un lector o lectora le suena familiar la frase. ¿No? ¿Y si les digo que la frase parece ser dicha a cada momento por su protagonista y que el nombre del protagonista es Bartleby, Sidney Bartleby? Les explico. Sidney es un escritor de novelas y guiones de televisión que no pasa por sus mejores momentos profesionales y sentimentales. Su esposa, Alicia, decide alejarse unos días y dejarle trabajar tranquilo con la promesa mutua de que no intentarán ponerse en contacto hasta que ella decida volver. Ese alejamiento se prolonga más de lo normal y los padres de Alicia y amigos empiezan a sospechar que algo raro hay en tan extraña y dilatada separación. Tampoco el comportamiento de Sidney es muy normal. Sidney empieza a fantasear con la posibilidad de haber matado a su mujer y actúa como si tal cosa hubiera sucedido. La policía sospecha de él, los periodistas, que han publicado la foto de Alicia en sus periódicos, y sus lectores sospechan de él, sus vecinos y amigos sospechan de él, su trabajo y sus relaciones se resienten de tanta sospecha. A pesar de todo, él persiste en no decir otra cosa que no sea negar ser el asesino de su esposa. No es de las mejores novelas de la autora, tampoco es de las peores, y responde claramente a sus obsesiones: cualquiera puede ser un asesino y todo el mundo ha imaginado serlo en alguna ocasión, nunca se conoce del todo a alguien, ni siquiera a uno mismo, y nadie puede llegar a imaginar con qué fantasean aquellos que nos rodean… al fin y al cabo, la vida privada de cada cual suele ser bastante aburrida. Les hará pasar unos ratos muy agradables… si no les irrita demasiado el comportamiento de estos tortolitos… o la traducción. |
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