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Me costó querer a Millie. Su obsesión me resultó de lo más preocupante. Su principal interés amoroso me resultó un idiota. Su relación con su hermana horrible. Sus expectativas para su mejor amiga vergonzosas. Con todo eso, es sorprendente el cariño que le tomé. No puedo evitarlo: amo los personajes bien desarrollados. Millie es una mujer que trata de ser fuerte todos los días, lidiando con las expectativas que ella misma se ha impuesto, en una sociedad que fomenta cuestiones como los celos insanos, las dietas poco saludables, la necesidad de tener un hombre a tu lado para ser feliz, y todas esas horribles cosas patriarcales con las que las mujeres tenemos que lidiar todos los días. Vi críticas respecto al deseo de Millie por bajar de peso, su necesidad de hacerlo para ser feliz y sentirse realizada. Porque el mundo te dice que tenes que quererte como sos, al mismo tiempo que te impone que para ser feliz, atractiva y saludable tenes que adaptarte a ciertas medidas irreales. Pero si querés bajar de peso sos una traidora al feminismo. Sí, claro. Millie crece mucho a los largo del libro, se conoce a sí misma, sus deseos, y a la vez ayuda a las personas que tiene a su alrededor a mejorar y a conocerse a sí mismos. Una heroína imperfecta que al principio detesté y terminé adorando. |
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