Muerte en el cepo, que Georgette Heyer publicó en 1935 es una novela entretenida, bien escrita, de esas que leemos rápidamente. Es un whodunit un tanto raro , con muchos diálogos, plenos de humor e ironía, que reflejan, de algún modo, los estereotipos y convenciones sociales de aquella época. Quienes pretendan encontrar aquí mucho suspenso y misterio se sentirán, tal vez, un tanto defraudados; la autora privilegia más las interacciones entre los personajes, - donde no faltan cruces sentimentales - y las respuestas de éstos ante las distintas situaciones planteadas. Cuando un adinerado hombre de negocios aparece asesinado, las sospechas se dirigen hacia sus allegados: sus jóvenes hermanastros Antonia y Kenneth, que no ocultan sus malas relaciones con el difunto, y que, al inicio, no se toman en serio el crimen, haciendo, por ejemplo, falsas declaraciones, - burlándose de la situación - , y que se entretienen con continuas especulaciones sobre quien lo cometió. Si bien hay un detective de Scotland Yard, el inspector Hannasyde , este juega un papel muy pasivo, y la verdadera investigación, - en la que, luego de un nuevo asesinato, se llega la consiguiente resolución final - , la lleva a cabo un joven abogado, Giles Carrington, primo de los anteriores. Con una muy buena caracterización de los personajes, nos encontramos, entonces, con muy buena novela, - propia de la época - , que se puede leer fácilmente, y que disfrutamos, pero que, en cuanto a lo estrictamente policial, quizás, nos haya dejado un gusto a poco. Enlace: https://sobrevolandolecturas.. |