Bajo las ruedas

Bajo las ruedas o La Castración del Superior. El término superdotación evoca desde la génesis del significante una serie de estereotipos arraigados al concepto de superhombre difíciles de rebasar en una sociedad que premia al utilitarismo y las altas capacidades por encima de cualquier otra habilidad. Hans Giebenrath sufre las consecuencias de este cliché desde escasos años de su estancia en el mundo, y queda predestinado en ese entonces al ingreso en el Seminario: hogar y escuela de las mentes más privilegiadas del país, forzadas inconscientemente a ceñirse en un futuro marcado por progenitores sedientos de gloria. Esta novela está llena de personajes secundarios adultos no muy diferentes a los que pululan por las calles de la realidad; críticos veteranos de las vivencias ajenas que creen ser patrones de la máxima moral, por lo que se dedican a dar consejos de ética avanzada a todo aquel inocente de dudosa autoestima que se le cruce en su camino. Como en todas las obras de Hesse, no falta el romance dedicado a todo tipo de sexualidades que, evitablemente por supuesto (si no dónde estaría la emoción del desengaño), culminan en un final trágico y oscuro. El efecto dominó del sesgo de autoridad no solucionado siempre cae cuesta abajo. Como fluctuantes también se dejan caer las aguas de un río que guardan dentro un secreto existencialista.