Sinfonía de silencios

Este libro es un viaje en el tiempo. Aunque en principio dice que están en los 90, yo me sentí transportada a la juventud de mis padres, o incluso a las primeras temporadas de Cuéntame cómo pasó. Cada detalle, cada nombre y descripción contenían un pedacito de las anécdotas de mis padres sobre su infancia. Para aquellos que pasan de los 30 años se sentirán más identificados que yo con esta novela cargada de nostalgia. La sensación que produce es especial.

La vida de Laura se divide entre su infancia y la edad adulta.
En la primera no me he sentido muy identificada porque hablaba de cosas que yo no he visto, o aún era muy pequeña como para recordarlas. Es evidente que la autora ha escrito para un público muy concreto, así que los que no nos encontramos en él nos sentimos, en cierta manera, excluidos de la lectura, la cual me pareció bastante infantil y pesada.
Cuando la narración da un giro y nos muestra a Laura casada y con su hija, se vuelve menos superficial y más centrada en los sentimientos. Cuando el destino le brinda una segunda oportunidad, no puede evitar preguntarse "¿qué habría pasado si...?". Aquí es cuando el libro consigue algo de fuerza e interés.

La autora cuenta con un estilo sencillo y en ocasiones poético. Sin embargo, tiene numerosas faltas de ortografía: acentos, comas y puntos mal puestos. Confusión en el uso de expresiones: "si no, sino" o "porque, por qué, porqué"... Creo que siendo un libro autopublicado, hay que estar aún más atento con estos errores tan garrafales que frustran muchísimo al lector y perjudican la lectura. También tengo que destacar que la portada es fea. No llama la atención, todo lo contrario, y si me encontrara un libro así no me molestaría ni en leer el resumen.

Mi lectura no ha sido tan placentera como esperaba, por esa razón recomiendo Sinfonía de silencios a aquellas personas que vivieron su adolescencia en la década de los 90.

Saludos ;)