El ruiseñor

Soy de esas personas que cuando una novela tiene muchísimo éxito decide dejar un tiempo a que pase el punto álgido para leerla. El tema es que con este libro nunca acaba de pasar del todo. Cada vez que alguien lee El ruiseñor la reseña es buenísima. Así que por fin me decidí a leerla. ¡NOVELÓN! así en mayúsculas.

Es una historia que se centra en la supervivencia de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial. Cómo se van adaptando a los cambios, al hambre, al descorazonamiento, a la angustia, a la falta de recursos...

Los pueblos franceses, como muchos durante la guerra, se convirtieron en zonas de mujeres. Solo mujeres (exceptuando los niños). Ellas tuvieron que lidiar con los nazis y con el hambre. Cada una lo hizo a su manera, ninguna mejor ni ninguna peor. Fue supervivencia.

Kristine Hannah ha creado a dos hermanas que se quedarán contigo para siempre. Vianne, mucho más fuerte de lo que ella se cree, es un símbolo de la lucha por los niños e Isabelle, la impetuosa Isabelle, lo es de la Resistencia francesa. El arco evolutivo de ambas es inmenso. Desde que son unas niñas hasta que se ven inmersas en la guerra. La adaptación de cada una a su momento vital es perfecta, con personalidades distintas y actuaciones diferentes.

Pero la novela también tiene un personaje secundario que es diferente. El alemán Beck a quien Vianne tiene que alojar en su casa también aporta un punto distinto en las novelas de esta temática. Dentro del ejército alemán también había personas que no estaban de acuerdo con lo que hacían. Cumplían órdenes para sobrevivir ellos y sus familias. Lo mismo, pero al contrario ocurre con franceses que optaron por apoyar el régimen alemán y se convirtieron en seres tan deplorables como los otros.

Tiene un final de esos que te ponen los pelos de punta y que, no en los personajes que ha creado Kristine, pero sí en la realidad h

Una novela de adaptación, resistencia y lucha.
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