En la prisión

Kazuichi Hanawa fue condenado a tres años de cárcel en 1994 por posesión ilegal de armas con fines coleccionistas. Lo bueno es que aprovechó el tiempo que pasó encerrado para documentar la vida en una cárcel japonesa: condiciones generales, dormitorios y espacios comunes, cuál es la rutina diaria, qué comen, los trabajos que realizan y el dinero que pueden ganar con ello, tiempo de deporte y de ocio, etc. Ya desde el principio sorprenden las reflexiones del autor, como que no se pasa frío y que no da tiempo a tener hambre, incluso puede que llegues a engordar por exceso de alimentación. Se ve además que coge con gusto las tareas diarias, ya sean de elaboración de productos en madera o el doblado de sobres, y los ratos que pasa con sus compañeros de celda son agradables. Llega a intuirse incluso que la vida en la cárcel podría ser mejor que fuera de ella en casos de gente desempleada o sin hogar.

Y es que, aunque sí que se ve una marcada jerarquía y respeto a una serie de normas (es alucinante el nivel de orden y limpieza que llegan a alcanzar), no parece por lo descrito en el manga que sea una situación diferente a la que podrías vivir en una oficina en Japón, a excepción del detalle de tener que pedir insistentemente y por favor permiso para ir al baño o para recoger una goma del suelo.

Personalmente me ha parecido un manga de gran interés a nivel documental, aunque algo denso de leer al no tener una historia que haga de hilo conductor detrás de tanta explicación. Eso sí, si os animáis a leerlo procurad reservar en un restaurante japonés ese día, porque se os va a hacer la boca agua con la descripción de los menús de la cárcel, jeje.