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Crítica de Librosinestables92


Librosinestables92
14 November 2023
Blandine Watkins quiere ser una mística. Quiere ser Hildegarda de Bingen, quiere ser Santa Teresa de Ávila; quiere saber qué se siente cuando un querubín te clava una flecha celestial en el corazón y de pronto todo tiene sentido.

Incapaz de vivir fuera de su cabeza, pasa los días de verano pegando la hebra con quién se tercie, leyendo en la lavandería mientras se toma granizados azules y planificando boicots contra la empresa que está destruyendo su pueblo del Medio Oeste.

Ella aún no es consciente, pero en 24 horas estará tirada en el suelo de su casa, mientras una cámara de móvil graba cómo se desangra junto a un cordero blanco. Frente a su cuerpo, los habitantes de la Conejera, todos ellos entrelazados entre sí en una telaraña de historias tan perturbadora como costumbrista.

Tess Gunty sabe lo que hace. Lo sabe muy bien, y no es hasta el final del libro cuando una se da cuenta de que hasta lo más trivial, aquello que parece no tener demasiado sentido, juega un papel fundamental.

Este libro es una muestra perfecta de lo que ocurre cuando el talento y la formación se juntan: surge una de esas historias diferentes, originales e inclasificables. Una lectura divertida, agradable (y con un montón de conejos 🐰) con una protagonista principal que huye de los estereotipos en los que la sociedad pretende enclaustrarla.

Lo único que no me ha terminado de encajar es la escueta participación de algunos habitantes de la Conejera. Me hubiera gustado saber más sobre sus vidas (que en este caso se mantienen al margen de la historia principal), porque no le encuentro mucho sentido a su inclusión narrativa para luego cortar por lo sano. By the way, la novela sigue aprobando con buena nota.

Porque (por fin) Blandine no es "diferente a las otras chicas", Blandine tan solo es Blandine, la niña de los hogares de acogida, las altas capacidades y la repelencia intelectual, un cóctel perfecto para la tormenta perfecta.

Blandine no es Hildegarda, no es Santa Teresa de Ávila. Blandine tan solo es es Blandine.
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