La Conejera

Creo que tras los meses que acabamos de pasar a nadie le será difícil imaginarse el verano caluroso al que nos transporta esta novela. Tampoco el lugar, ya que la trama se sitúa en una ciudad ficticia en Indiana, Vacca Vale, un antiguo centro industrial venido a menos. Uno de esos lugares moribundos, que podría ser tantos, donde la decadencia se respira en el aire y la falta de oportunidades es la costumbre. Allí se levanta la popularmente llamada ‘La Conejera', un bloque de edificios algo cochambroso, donde iremos, de puerta a puerta, conociendo a sus inquilinos.   
 
Con un inicio muy potente, de esos que te trasladan al desenlace, vemos como en el apartamento C4, Blandine Watkins de dieciocho años, abandona su cuerpo tras lo que intuimos como un episodio violento. No creáis que me he vuelto (aún más) intensa y hablo de “abandonar su cuerpo” en vez de morir, no. Estoy usando las mismas palabras que la novela, al principio extrañas pero que, con el avance de la lectura, entiendes como no podrían ser más acertadas porque Blandine estaba muy interesada en las místicas y sus experiencias.  
 
El rápido ritmo inicial hace que no tengas tiempo a asumir el impacto de esa primera escena, cuando ya estás en el siguiente apartamento, y en el otro, y en el otro… para luego explorar los días anteriores al suceso inicial y el pasado de los protagonistas. Así, sufrí un pequeño shock cuando de repente, la estructura cambia por completo y deja de ser una historia eminentemente coral para centrarse en dos historias principalmente. Una vez terminada la novela, no lo veo como algo malo, pero en la lectura, hubo momento que eché de menos esa frescura inicial porque por partes la trama es más densa, algo que sin duda requiere la lo que la autora busca hacer.
 
Me ha dado pena que algunas historias quedarán solo esbozadas, sin conexión directa con la principal, puesto algunas de ellas eran geniales e inquietantes a partes iguales y ojalá haberlas visto más desarrolladas. Todas ellas están llenas de personajes llevados a extremo, desesperados o hastiados, buscando la mejor forma de seguir adelante. Es cierto que hay algunos personajes clave, los compañeros de piso de Blandine, tres adolescentes salidos del sistema de acogida, que no se perfilan demasiado bien y los confundía a menudo, aunque diré que tal vez esto sea intencionado porque la autora demuestra en otros casos lo bien que puede construir personajes. Blandine, por ejemplo. A pesar de que temblé porque los adolescentes protagonistas suelen darme algo de pereza, Tess Gunty explora nuevos caminos para el cliché de 'adolescente etérea y atormentada por un pasado horrible y super inteligente de la que todos se enamoran'. de hecho, tal vez en unos años no recuerde nada de la trama de este libro, pero seguro que la recordaré a ella.
 
Y bueno, no para ahí, porque es imposible aburrirse en esta novela donde la narración cambia constantemente. No solo tenemos los habituales cambios de narrador, que nos permiten conocer a los personajes, algunos con voz propia otros solo desde la visión de terceros, habrá testimonios y confesiones, recuerdos, emails que son relatos, flujo de conciencia y monólogos interiores, comentarios en páginas web y hasta un auto-obituario. de verdad, algunas partes daban para novela propia y para hablar más a fondo de los muchos temas que se tocan en ‘La Conejera' como la soledad, maternidad, abusos, desigualdades sociales, gentrificación, cambio climático, hastío, violencia, salud mental, duelo, vulnerabilidad y un largo etcétera.
 
Siento que cuanto más largo es un libro, más fácil es encontrarle algún, pero dentro de tus gustos personales, y en 400 páginas pues alguna cosa me ha chirriado pero mi conclusión es que es una novela potente, que he sentido arriesgada en algunos puntos, con humor oscuro que me arrancó varias carcajadas y mucha profundidad, con un montón de detalles (¡¡las ilustraciones qué pasada!!) y personajes que darían, insisto, para su propia historia (ojalá más Joan, la verdad).
 
Un libro que parece “muy loco” a ratos pero que, en realidad, no puede ser más certero. ‘La Conejera' plantea caminos distintos a los habituales, nunca sabía por dónde iba a tirar, no tanto la trama, sino cómo está contada y eso me ha encantado.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..