Quien piense que el fin de los hombres no pude tener un lado divertido, se equivoca. Disparatado apocalipsis zombi que se lee de una sentada y engancha desde la primera página. Un consejo: tened siempre la nevera llena; a saber si al despertar nos encontraremos con una situación parecida a la que vive la protagonista de esta más que recomendada lectura. |