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Una historia ágil, llena de amor, amistad y muchas matemáticas. Llena de frases ingeniosas, reflexiones y diálogos llenos de vida. Los capítulos están bien contrastados, unos largos y otros cortos. No puedo decir que te mantenga enganchado pero sí te hace seguir leyendo, por lo menos a mí. Colin es un niño prodigio, obsesionado con todas las Katherines y con los estudios y los idiomas. Predestinado a seguir siendo un prodigio, empieza a reflexionar sobre ser un genio. Durante todo el viaje que realiza con Hassan, no para de pensar en ello, en realizar su querido teorema que se pueda aplicar a todas y cada una de las relaciones y se pueda predestinar el durar con alguien o no. Hassan es el mejor amigo de Colin. Es auténtico, las bromas forman parte de él, y no hubo parte del libro que no me riera gracias a sus ingeniosos comentarios. Lindsey es una chica de 17, amante de su diminuto pueblo, inteligente, sensata, egocéntrica, pero también es una niña asustada, preocupada siempre por querer importar, algo en lo que se semeja con Colin. A pesar de que al final del libro aparece un apéndice en el que explica el teorema de Colin y las gráficas más detalladamente, es difícil comprenderlo. No tienen gran importancia ni las fórmulas ni las gráficas, no es necesario descifrarlas para entender las historias de amor de Colin y las Katherines, es solo estético. El final, es muy abierto. al igual que los otros libros de John Green me ha sorprendido gratamente aunque es demasiado compleja. |
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