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Una obrita sencilla pero muy sugerente e interesante para los que nos dedicamos a la educación. Para los que educan como padres o como docentes, o para los que son sensibles a esta realidad tan importante de nuestra sociedad. Tiene dos partes bastante diferenciadas (y de autor distinto cada una, claro), pero forman una unidad en torno al título: porque, al fin y al cabo, educar es ayudar a florecer, ayudar a que cada hijo o alumno despliegue todas sus potencialidades y alcance la excelencia a la que está llamado. En la primera parte, Daniel Capó nos habla con un estilo narrativo y personal, desde su paternidad. En la segunda, un pequeño ensayo de Carlos Granados, se nos habla desde la perspectiva de la enseñanza, yendo a los fundamentos filosóficos, antropológicos y también teológicos de la noble tarea del educador. Una obra pequeña (también en formato), pero grande en su contenido y en el alcance de sus palabras. La recomiendo. |
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