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Signa Farrow no es una chica normal; desde que quedó huérfana siendo un bebé, ve cosas que los demás no perciben y, lo más importante, no puede morir. Nos encontramos ante una historia gótica ambientada en la época victoriana donde acompañamos a Signa, una chica que pasa de un guardián a otro hasta alcanzar la edad en la que podrá acceder a su herencia. En casa de sus últimos guardianes, seremos testigo de cómo se envuelve en la resolución de un crimen con la ayuda de un mozo de cuadras y otro personaje misterioso... He disfrutado muchísimo esta historia. Ya solo la ambientación me ha conquistado: una mansión encantada, crímenes y una protagonista con habilidades muy especiales. La resolución del crimen me ha tenido intrigada todo el tiempo, he dudado de todos los personajes en algún momento y hasta el final no he sabido quién era el culpable. Se nos presenta un triángulo amoroso que me hubiera gustado mucho (y lo digo así porque me spoilearon una cosa importante de este triángulo antes de leerlo y me fastidió saberlo desde el principio). En cuanto a los personajes, me ha gustado mucho Signa. Es cierto que en algunos momentos puede resultar un poco infantil, pero me gusta mucho cómo va aceptando sus poderes y cómo evoluciona con respecto a las convenciones sociales. El final del libro deja cerrada la trama principal, quedando resuelto el crimen, así como el triángulo amoroso. Pero se abre una nueva investigación que me ha hecho tener más ganas del segundo libro. En resumen, una historia gótica con mansiones encantadas, fantasmas, poderes muy especiales y una protagonista cuya evolución me ha gustado mucho. |
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