Esta mañana he tomado prestado de mi biblioteca municipal este ejemplar de las primeras aventuras del irreductible galo, en gran parte motivada por un breve curso universitario sobre Asterix y la historia de Roma, pero también para leer algo ligero y que recordaba con cariño de mi infancia. En este primer tomo el diseño todavía no está tan pulido, pero me ha entretenido encontrarme esos latinismos, nombres romanizados y "galificados" y ocurrencias de los personajes protagonistas.
|