Elena Gorokhova nos narra su infancia y su juventud en el Leningrado que la vio nacer. Gracias a ella sigo descubriendo detalles del día a día en la URSS, algo que siempre me llama la atención y que gracias al estilo cuidado, elegante y fluido de la autora, te mete de lleno y te atrapa como si de una novela se tratase. Los primeros capítulos se centran en su madre, una comunista convencida, con un pensamiento muy racional y práctico, algo que choca con la forma de ser de su hija Elena, que ya desde la infancia se empieza a cuestionar y a dudar sobre aspectos de la sociedad soviética y de algunas verdades que les son impuestas. Sin duda es una lectura que merece y mucho la pena. |