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Mirarse de frente es una autobiografía que la propia autora presenta al lector a partir de su experiencia como trabajadora, persona y mujer. No sólo nos narra las peripecias que tuvo que pasar como camarera en hoteles, su indecisión a la hora de hacerse escritora y sus baches como profesora de universidad. Vivian se adentra en sí misma para desalojar todo lo que ocupa su mente hacia el lector. No va a ser fácil dar una crítica personal de este libro porque tengo muchos sentimientos encontrados. Es un libro breve con una buena narración que nos dedica a la autora para explicarnos los sucesos que la han llevado a encontrarse con el feminismo, consigo misma y con su actual trabajo. Lleno de frases con tildes existencialistas, Gornick, intenta dar voz a su mente, una acción que para nada es sencilla, y nos encontramos con sentimientos muy bien expresados que llegan al lector. El principal problema de la obra radica en que no siendo esos sentimientos lo demás carece de sentido. A veces se enfrasca en unos monólogos en los que tú no te quieres inmiscuir y no deja claro del todo el motivo que la ha llevado a querer contarte eso. Vas intuyendo cosas pero no las tienes claras. Así como hay veces que sus sentimientos se vuelven los tuyos propios y conectas, hay muchas veces que te pierdes en sus monólogos. Es por eso que creo que Vivian es una autora que merece la pena, sobre todo por esa reflexión feminista del principio y la mención sincera de cómo se encontró ante él y como actuó ante ciertas situaciones como no debió hacerlo. Pese a que quizás este libro no sea lo mejor que leer de ella. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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