La noche viene hacia nosotros

Mira que había hecho propósito de enmienda.
Que es mucho mejor abandonar un libro que llegar a este desdichado momento en el que han pintado bastos y toca ser honesto

Sé que para un autor es un mal trago oír hablar mal de su obra. No puedo, ni pretendo consolarlo, pero desde luego nada personal tengo contra el padre de esta criatura.

La noche viene hacia nosotros es un auténtico desastre.
Un despropósito infumable que además no conduce a ninguna parte.

Estoy en contra de la quema de libros por lo que en su día representó, amén de que no dejaría buen sabor a la paella. Pero es que algunos se lo ganan a pulso.

Un ser insoportable, con la vanidad nivel dios se encuentra tranquilamente en un bar, cuando aparecen unos tipos que han lanzado no se que virus (perdí el interés) para tratar de detener a este Hércules en macarra.

En esta primera parte, violencia y sucesos sin sentido se mezclan como vino agrio y gaseosa desventada.
Osea, un pedo.

Segundo asalto.

El autor intenta, y en eso se queda, narrar un drama social, de punkis, drogas, alcohol y mala vida con un estilo que echa para atrás hasta al lector más tolerante (que no soy yo)

Para colmo de todos mis males en el tercer y último (gracias al cielo) round, hace una "inspirada" conexión con las otras dos y es cuando decido que quizá no sea tan mala idea usar el ejemplar en la paella del cuñado.

Nunca me oiréis hablar de mala o buena literatura, pero sí de que esta requiere unos mínimos para poderla llamar como tal y este no es el caso.

Aunque seguramente haya un gran esfuerzo detrás de este trabajo, no me nace empatía alguna para reconocerlo, pero sí valentía. Aunque aquí sea a partes iguales irónico y sincero.

Y por supuesto no lamento mi opinión (que no es más que eso) sino la inversión de mi tiempo.

Espero, sin fe, que otro tipo de lector disfrute con esta novela.

Al menos, lo intenté.