Natalia Gómez Navajas nos presenta un vórtice vertiginoso de tramas policiales en el que no puede quedarse nadie por salpicar. Lola Brau, fiscal íntegra y creyente en las leyes de la justicia que defiende, se encuentra ante la posición de estar al otro lado, en el banquillo de los acusados, cubriendo a su marido, supuesto asesino de una antigua amiga. Poco a poco se enfrentará a enemigos del pasado y del presente para intentar desenmarañar el caso. Cada pista conduce a un callejón sin salida hasta que puedan dar con la pieza del puzle que haga saltar y encajar al resto. ¿Lo conseguirá? Es una novela bien presentada con varias curiosidades en su escritura, todos los personajes portan un apellido que comienza por la letra B, y los capítulos van en número ascendente hasta el culmen de tensión y descendente hasta el final del libro, que se queda algo abierto dando la sensación de continuar en otro tomo o de simplemente dejarnos con la mente despierta a alguna de las tramas presentadas |