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Este primer tomo tiene algunos puntos fuertes y también bastantes debilidades. Lo bueno es que lo puedo valorar tras haber leído también el tomo 2, que publicado dos años más tarde, aporta mucha información y ayuda a completar el puzle tan extraño y rico en matices en el que se sumerge Golo. El vagabundo, título de lo más apropiado, narra la infancia y juventud de Panait Istrati, un joven de familia pobre que viaja por el mundo cual Lázaro, de trabajo en trabajo, casi de amo en amo, sin parar quieto en ningún lugar. Lo más interesante es el inmenso valor que el personaje otorga a la búsqueda de la amistad. El mayor fallo que tiene el tomo está en el pulso narrativo, a veces impreciso y errático, como si el autor tuviese mucha información que plasmar y no quisiera dejarse nada atrás. Por suerte, este pulso narrativo está bastante más logrado en el segundo tomo. |
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