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Crítica de Celeste_Lightwood


Celeste_Lightwood
09 February 2021
La familia Holland en su momento fue una de las más ricas y bien posicionadas en la aristocracia neoyorkina. Desde que el cabeza de familia falleció y con él perdieron su fortuna, la señora Holland trata insistentemente de encontrar un matrimonio ventajoso para sus dos hijas, Elizabeth y Diana, que les permita colocar el apellido Holland de nuevo en su posición privilegiada. Estaba planeado de que Elizabeth, la hija mayor que derrochaba un encanto, saber estar y una belleza sin igual y que era admirada por unos y por otros, se casara con el soltero de oro Henry Schoonmaker, un muchacho amante de la libertad, las correrías y las mujeres. Sin embargo, Lizzy tenía otros planes pues, a pesar de esa fachada de señorita perfecta y deseosa de complacer los designios de su madre, se oculta una muchacha enamorada de Will, el caballerizo de su familia. Como sabe que su amor es imposible y que mientras siga viviendo en aquella casa se verá obligada a casarse con Henry o con otro hombre de similares características para devolver la honra a la familia Holland, cuando Will se marcha hacia el oeste en busca de petróleo y una vida acomodada, Elizabeth decide fingir su propia muerte para poder huir a su lado y empezar una vida juntos, sin las presiones de Nueva York y pudiendo dar rienda suelta a su amor por fin. Por supuesto, todo el mundo desconoce su secreto, excepto su hermana Diana, por lo que la clase alta y el propio Henry guardan duelo durante los meses convenidos.

Lo que nadie sabe es que el falso suicidio de Lizzy no es el único secreto que guardan las Holland. A pesar de ser el prometido de Elizabeth, Diana comenzó a interesarse por el hijo de los Schoonmaker y sus sentimientos fueron correspondidos. Henry y Diana iniciaron un bonito romance con la aprobación de la propia Elizabeth, pero su relación no debía salir a la luz por las implicaciones sociales que ello conlleva y por el escándalo que supondría. Diana soporta esta situación con estoicidad, ya que le prometió a su hermana que jamás revelaría que su fallecimiento fue un truco para enmascarar su huida, por lo que espera pacientemente hasta que los meses de duelo transcurran y ambos puedan anunciar su relación.

Así, mientras ambos jóvenes esperan con prudencia, Diana se verá obligada a aceptar citas orquestadas por su madre para intentar casar a la hija que le queda y, por su parte, Henry será acosado por las insistentes insinuaciones de Penélope Hayes, la mejor amiga de Elisabeth y una muchacha ambiciosa, egoísta y egocéntrica que está enamorada de Henry y, ahora que su rival no está, hará lo posible por conquistarle y por fin casarse con él, incluso aunque tenga que recurrir a diversas tretas y artimañas, pues sabe que su corazón no le pertenece. Mientras esto ocurre en Nueva York, Lizzy lleva una vida dichosa en el oeste junto a Will. Aunque ahora su situación económica es bastante modesta y no disfruta de los lujos de antaño, se siente feliz de poder compartir su vida con el hombre al que ama y no le importan las penurias que tengan que sufrir si ese ese el precio por estar juntos. No obstante, esa felicidad se tambaleará cuando reciba una carta de su hermana para comunicarle que su madre está muy enferma y no saben si sobrevivirá.

Al igual que el primer libro, en esta segunda parte nos encontramos una historia contada desde diferentes perspectivas. Los dos escenarios principales son Nueva York y una ciudad del oeste. En el primer escenario, tenemos los puntos de vista de Diana, de Penélope, de Henry y de Carolina. Tras el supuesto fallecimiento de su hermana, Diana ahora tiene que ejercer el papel de representante en sociedad de la familia Holland. Diana es una muchacha impulsiva, con mucho carácter que reniega de las normas sociales y que quiere vivir como le da la gana. Es lo contrario a su hermana mayor, que era el máximo ejemplo de lo que se espera de una señorita de su clase, por lo que la señora Holland se desespera con el comportamiento de Diana, que sigue demostrando ese espíritu libre e indomable. Las hermanas Holland son dos personajes que me gustan mucho. Si bien Lizzy durante el primer libro no era santo de mi devoción por ser tan buena y sumisa, en esta segunda novela demuestra que debajo de esa apariencia obediente se escondía también un atisbo de rebeldía. Por su parte, me encanta la seguridad de Diana, su capacidad para hacer siempre lo que ella cree correcto y su manía de ir contracorriente.

En cuanto a Penélope, su ambición no tiene límites. Está decidida a conseguir que Henry vuelva a quererla como antes, pues tiempo atrás mantuvieron una relación bastante íntima; sin embargo, Henry no tiene ningún interés en ella más allá de divertirse un rato juntos, por lo que no está en sus planes, ni mucho menos, casarse con la señorita Hayes. Como a Penélope no se le puede decir que no y a los Schoonmaker les interesa vincular su apellido con los Hayes, se aliarán para hacer cambiar a Henry de parecer y que ambos terminen juntos, ignorando, por supuesto, los sentimientos de Henry hacia la pequeña de los Holland. Henry por su parte desconoce que se están gestando estos planes porque, aunque es consciente de los sentimientos de Penélope, no espera que la cosa llegue tan lejos. A pesar de su fama de mujeriego y vividor, se ha obrado un cambio en él y es uno de los personajes que más ha evolucionado y para bien, pues se ha convertido en un chico muy formal y con los pies en la tierra. Tiene el mismo aplomo que Diana y el mismo espíritu rebelde que ella. Por otro lado, tenemos la trama de Carolina Broud, ex criada de las Holland que vendió los secretos de la familia a Penélope a cambio de dinero. Gracias a esa traición, ahora finge ser una señorita de clase rica que acaba de mudarse a Nueva York y, mediante la red de mentiras que teje a su alrededor, logra infiltrarse entre las nuevas familias de ricos.

En el oeste tenemos a Will y Lizzy. Pese a ser una chica acostumbrada a que no le falte de nada y a los grandes lujos, ha sabido adaptarse perfectamente a su nueva situación de humildad, algo que me ha gustado muchísimo y que me ha hecho reconciliarme con ella. Es una chica más fuerte de lo que aparenta y valora su amor por Will por encima de todo. Will, por su parte, es un hombre atento, amable y muy cariñoso que se esfuerza por darle todo lo que se merece a Lizzy. Ambos personajes me parecen muy tiernos y adorables y la relación que mantienen es fuerte, muy bonita y está muy bien construida.

A grandes rasgos, la trama se basa en los tejemanejes de las familias ricas de la aristocracia neoyorkina, en cómo se fraguan los matrimonios, las relaciones de amistad y los romances de las figuras más famosas de la clase alta. Y, por supuesto, de todos los secretos, traiciones, engaños y mentiras que estos personajes tejen para conseguir lo que quieren, que normalmente suele ser dinero, prestigio o amor. Respecto al final, aunque me acordaba vagamente he de decir que me sorprendió porque no me esperaba cierta cosa que sucede, que es bastante repentina y triste y hace que, en cuanto cierras el libro, quieras continuar con el siguiente.


Esta es una saga de salseo aristocrático puro y duro, de muchachas compitiendo por conquistar al soltero más codiciado mientras que otras luchan por romper con las reglas tan estrictas y por vivir su amor con libertad. de amores y desamores, de puñaladas por la espalda, rumores y postureo. En el primer libro se nos presentaban a los personajes y las relaciones y dinámicas existentes entre ellos; en este nos metemos ya más de lleno en una trama llena de escándalos y de sorpresas. Pese a que no puedo decir que sea un libro magnífico, cumple su función de entretener si lo que te gustan son este tipo de historias. Está bien escrito, con unos personajes bien perfilados, con giros de trama sorprendentes y que te mantiene enganchada sin querer parar de leer.

Enlace: https://notodoesfantasia.blo..
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