Ciudad de mujeres

Un día Vivian recibe una carta en la que una mujer le pregunta por una persona ya fallecida.
Da comienzo así a una novela en la que la protagonista, una jovencita de unos 90 años, cuenta su vida en modo de carta a esta persona que la escribe.
Comienza la narración de Vivian cuando esta tiene 19 años, en los años 40 en plena Segunda Guerra Mundial, habiendo abandonado el prestigioso Vassar Collage, en el que quedó la penúltima de su promoción. Sus padres, ricos y despreocupados, deciden que la persona que va a encauzar la vida de su hija, es la excéntrica hermana del padre, Peg, una mujer propietaria de un teatro en ruinas en Nueva York, y allí, rodeada de coristas, bailarinas, actores de tres al cuarto, entre bambalinas, Vivian cuenta su intensa vida como modista del teatro.
Es un libro muy entretenido al que le sobran unas 150 páginas mínimo, durante la narración de Vivian, cuenta como en el pequeño y destartalado teatro, casualmente y por daños colaterales de la guerra llevan a cabo la producción de una obra de teatro llamada “ciudad de mujeres” y es esta parte la más extensa del libro en cuanto a la trama se refiere, pero no es hasta el final de la novela cuando conocemos la relación entre Vivian, la mujer que le escribe la carta y la persona por la que le pregunta.
Por este motivo, la longitud en algunas partes es innecesarias, la resolución tan corta del desenlace final y el final (valga la redundancia) de un personaje tan cercano a Vivian durante la novela, dejando al lector con ganas de saber más, es por lo que tiene esta nota.
Un advertencia, no es un libro con una historia de amor al uso y además hay mucho sexo, la protagonista es muy promiscua porque así lo que ha querido la autora, pero a mí ya se me hacía pesado.
Muy entretenida, feminista, llena de mujeres potentes aunque a veces sean reservadas y actúen en un segundo plano.