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Me ha gustado mucho el primer libro que leo de Fabio Geda. A pesar de la sensibilidad con la que narra el tema, transmite la angustia, el miedo del niño, pero también la esperanza, la ingenuidad y la sencillez propias de la edad. Si bien el relato podría haberse originado en la imaginación del escritor, la historia llega más cuando uno se da cuenta de que el merecedor (en este caso de las 4 estrellas) de los elogios y premios es el propio narrador y protagonista de la historia. Se llama Enaiatollah, y todo comienza en un acto de amor infinito, cuando su madre le abandona para que pueda tener un futuro. Dejo unas cuantas situaciones sacadas del libro: -... "de algunos días, no tengo recuerdos: sólo una sensación de calor y el miedo a caer, a resbalar sin poder agarrarme a nada." - ... "El decimoctavo día vi personas sentadas. Las vi a lo lejos (....) Detrás de una curva cerrada, de pronto, me encontré de frente a las personas sentadas. Estaban sentadas para siempre. Estaban congeladas. Estaban muertas. (...) Yo, a uno, le robé los zapatos, porque los míos estaban destrozados y los dedos de los pies se me habían puesto morados y ya no los sentía, ni siquiera si los golpeaba con una piedra. le quité los zapatos y me los probé. (...) Hice un gesto con la mano en señal de agradecimiento." - "Donde no había árboles nos obligaban a correr en grupos, agachados. A veces disparan, decían. ¿Quiénes? No importa. A veces disparan". - "La muerte es siempre un pensamiento lejano, incluso cuando la sientes cerca." - "Y ahora un buen consejo: si en la vida te toca pasar algún tiempo como clandestino, busca los parques, siempre se encuentra algo bueno en los parques" - cuando el niño llega a Grecia, están preparando la ciudad para los XXVIII Juegos Olímpicos: "... había hambre de peones de albañil que trabajaran en negro, a quienes, por quedar bien con el mundo, incluso la policía miraba con consideración, creo. Son un arma secreta los inmigrantes, de vez en cuando". No quiero terminar sin mencionar la situación terriblemente angustiante que el niño vive cuando junto a otros muchos compañeros de viaje los transportan en un doble fondo de un camión. Me faltaba el aire a mí también. |
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