UN POLICIA EN LA LUNA

Vuelvo a este autor escocés después de haber leído el año pasado “La venganza de los bibliotecarios” porque me gustaron su sentido del humor y el dibujo que, aún siendo sencillo, está trabajado y es muy expresivo.

El protagonista de esta obra, como indica el nombre del cómic, es un policía que trabaja en la luna. Parece que nos situamos en un futuro posible en el que muchas personas se han trasladado a vivir al astro como el que se muda de Berlín a Málaga. Aún así su trabajo resulta muy sencillo, tan solo tiene que buscar algún perro que se ha escapado o recordarle a alguien que no puede estar en una determinada zona de acceso restringido. Gracias a esto su tasa de éxito en el trabajo es del 100%, ¡quién pudiera decirlo aquí en la Tierra!

La cuestión es que la gente parece haberse aburrido de vivir en la luna y por ello están regresando a la Tierra. El propio policía, a pesar de que parece estar satisfecho con su día a día, solicita a central su traslado, pero le es denegado porque no tienen con quién sustituirlo y claro, algún policía tiene que haber en la luna. A cambio le envían un robot psiquiatra de hace lo menos dos generaciones para que evalúe su estado emocional, puesto que consideran que está deprimido, pero el terapeuta robótico explosiona durante la primera carga que le hace. al final tan solo quedan en la luna el policía y la camarera del puesto de donuts donde el primero acude a diario, pero aún así parecen felices.

Como veréis se trata de un cómic sencillito, pero no por ello está falto de ironía. Actualmente vemos como el ansia de conquista no tiene fin, cada lugar de cada país está plagado de gente y se habla de esa posibilidad de vivir en la luna cuando nuestro planeta reviente finalmente por culpa de nuestras acciones. La cultura del usar y tirar, extrapolada al turismo masivo, nos lleva a infestar los sitios hasta que dejan de ser interesantes porque nosotros mismos los hemos estropeado, y Tom Gauld me ha hecho pensar en que eso mismo podría pasar con la luna. ¿Os imagináis poder estar solos en un lugar porque el resto de personas ya se han cansado de él y se han ido? A mí me cuesta, la verdad.