La vida ante sí

Inocencia y ternura... esos dos adjetivos son lo primero que se me viene a la mente mientras hago balance de la lectura. Me maravillan esos escritores que tienen la facilidad para mostrarnos el lado más cruel de la sociedad de una forma irónica, con humor, sin dramas, simplemente contando la triste realidad que nos rodea.
Mohammed (Momo para los amigos) es un niño de 10 años, que está a cargo de la señora Rosa, una antigua prostituta, que ahora tiene una pensión clandestina donde estas pobres mujeres dejan a sus hijos para evitar que se los arrebaten los servicios sociales. El barrio marginal en el que viven en contacto con la droga, la miseria, la prostitución, hace que nos cuestionemos el futuro que les puede esperar a estos niños y en que se pueden llegar a convertir. ¿Hay esperanza para ellos?
Un libro que debido a la temática que aborda resultaría cruel y muy complicado de leer, se convierte en una deliciosa lectura donde disfrutamos  de la narración que Momo hace con lo que ello implica. Repeticiones que no cansan, rodeos y la utilización de palabras fuera de contexto que el niño utiliza pero sin conocer su significado. Personajes que te roban el corazón y con los que consigues empatizar aunque no tienes nada que ver con ellos y que además te hacen sonrojar porque la generosidad de la que hacen gala, teniendo menos que nada, es encomiable.
En definitiva es una historia de amor entre una anciana judía y un niño musulmán, una historia de cariños incondicionales; un niño que cumplirá a rajatabla la última voluntad de la señora Rosa, con decisión y valentía, pensando únicamente en lo que a ella le habría gustado; y una historia donde se reivindica el derecho de todo ser humano a morir con dignidad.

PD.: Agradezco al Dios de la literatura al que Marenpergamino reza (creo que tiene la cara del Gabo), por haber puesto en su camino esta lectura y que ella nos la haya recomendado.

PD1.: También le agradezco que me presentara a mi compañera de lectura con la que he disfrutado una barbaridad y espero que sea la primera de muchas. Gracias por acompañarme en este viaje maravilloso Nmol