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Me encanta leer a Patricia, su estilo es cuidado y a la vez sencillo, y sus historias juveniles son muy cotidianas pero siempre excepcionales por un pequeño ingrediente que no falla en su receta: una pizca de fantasía, o dos. ¿Existe la magia? Pero la magia de verdad, esa que no tiene truco, ¿o la magia que lo tiene es la única magia de verdad? Lo cierto es que aprender y poner en práctica ciertos trucos, ya es pura magia, ¿no os parece? Con una ambientación temporal muy bonita, y espacial inespecífica pero que se ajustaría perfectamente a cualquier lugar del mapa que nuestro joven lector quisiera imaginar, Patricia desarrolla una trama muy entretenida en la que secretos y duelos se suceden, y a la que acompañan subtramas muy especiales porque abordan temas muy apropiados para el público objetivo de esta novela: la importancia de perseguir nuestros sueños y de ser siempre sinceros con nuestros padres, quienes, o bien nos apoyarán en la consecución de los mismos o por lo menos nunca podrán reprendernos por haberles ocultado aspectos muy importantes de nuestras vidas. La lucha, el no desesperar y confiar siempre en nuestros talentos y posibilidades a pesar de los baches. El esfuerzo, en esta vida pocas cosas se regalan, sino que exigen persistencia y trabajo. Los personajes son cercanos, con características en las que los lectores pueden verse en algún momento reflejados. Sus conversaciones son frescas, naturales y apropiadas tanto a la edad de los interlocutores como de los jóvenes que las leen. Es inevitable cogerle cariño a nuestro Alexander Cuervo y su cuadrilla. El desenlace no es un giro sorprendente, es más, en cierto modo puede verse venir (al menos en algunos aspectos), pero es muy apropiado y cierra una novela francamente agradable que recoge momentos de cierto suspense pero, sobre todo, mucha magia. ¿De la de verdad o de la de truco del almendruco? Eso tendréis que descubrirlo leyéndola. Enlace: http://www.tejiendoideascosi.. |
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