Tonia Flowers: Me cambio de vida

No sabía muy bien qué esperar de esta historia, pero me ha sorprendido (no muy gratamente) que no sea ciertamente eso, una historia. Tonia, una chica de 12 años, nos relata en primera persona y en 20 capítulos anécdotas de su vida en el instituto, y eso es lo que no me ha encajado, pues, igual podían ser 19 capítulos que 21, no hay un hilo conductor (a no ser que se consideren hilo conductor sus continuas quejas y -en ocasiones- salidas de tono). Además, en ocasiones parecía que estaba relatando algo que había sucedido muchos años atrás, como si fuera una adulta recordando su niñez o adolescencia. Lo inconexo entre las anécdotas ha provocado que me costara situarme. Diré que lo leyó primero mi hija; craso error. Tiene 10 años y sí, es menor que la protagonista (no creí que 2 años fuera una distancia insalvable), pero he encontrado expresiones nada apropiadas para su edad, o para la edad de 12 años, pues incluso yo las he visto fuera de lugar. Según la opinión de mi hija, no le han gustado las continuas quejas de Tonia y su actitud poco colaborativa de las que presume como si fueran todo un triunfo o un ejemplo a seguir. Ni mi hija se ha sentido identificada ni yo le he visto "la gracia" al asunto. Me ha faltado moraleja, porqués, consecuencias... de haberlo leído yo primero, no se lo habría prestado. Quizá tener justo 12 años sea el requisito para comprender esta lectura, requisito que no cumplimos ninguna de las dos.
En cuanto a la edición, es rústica con solapas, de hojas bastante gruesas (quizá demasiado, pues creo que son más propias de libros infantiles porque los peques manipulan los libros de otra forma), y con una ilustración en blanco y negro al final de cada capítulo, que le aporta su toque de interés.