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Prosopagnosia (del griego «prósopon»: cara y «agnosía»: desconocimiento). Conocida comúnmente como «ceguera visual», se trata de la incapacidad de reconocer rostros que nos son familiares. Esto no se debe a problemas visuales ni de memoria, sino a una alteración en el proceso de reconocimiento. El afectado sabe que lo que está viendo es una cara, pero ha perdido la conexión entre lo que ve y la parte de la memoria que se dedica a la identificación. A lo largo de este breve ensayo, acompañamos a Juan Gallego Benot en un recorrido por diferentes espacios urbanos que analiza con lupa. Él padece esta enfermedad y su desconfianza hacia lo que cree haber visto es tan grande que terminamos asistiendo a un análisis crítico de los problemas que hay en cualquier ciudad: las constantes remodelaciones, el turismo masivo, la suciedad excesiva en los barrios más humildes… El libro está dividido en siete capítulos y según avanzas notas como la narración converge con la poesía, algo que me ha sorprendido mucho pero que luego, pensándolo en frío, no tanto porque el autor es poeta. Lo hace de una forma tan sutil que te atrapa y llega un momento en el que no puedes parar de leer. A los hechos me remito: terminé el libro en un día y medio. No les voy a engañar, me esperaba otra cosa. Quizás un libro más personal en el que el autor hablase con mayor profundidad de su enfermedad. Pero el giro de tuerca que le ha dado me ha gustado. Utiliza el tema de la prosopagnosia para hacer una crítica sobre cómo el capitalismo ha transformado las ciudades y eso me parece superingenioso. de verdad, chapó por ti, Juan. Si tienen ganas de leer algo breve, pero que no les deje indiferentes, denle una oportunidad a este libro. |
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