¿Se puede condensar el amor a una madre en tan solo 157 páginas? Este es el reto al que se enfrenta el autor, que decide compartir, tras la muerte de su madre, un pedazo de su vida, poniendo en relieve la influencia que ha tenido en él la figura materna. Y sin duda lo consigue, porque traza un retrato de su madre, y a la vez el de muchas otras madres, como figura omnipresente, siempre lista para ayudar y con el consejo preciso. Una madre trabajadora y luchadora, culta y con carácter, siempre orgullosa de los logros de su hijo. Sin duda una lectura muy recomendable.
|