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Perspectiva: Solo sé que tenía ganas, muchas. También que me parecía muy guay la sinopsis, porque no todo giraba sobre ser trans. Tenía una trama relacionada con la moda (esto me interesa). No me formé una idea clara, pero tenía ese cosquilleo que te hace leer el libro con muchas ganas. Balance: El primer tomo me ha conquistado. El dibujo posee un trazo y una expresividad bastante reconocible, propia. Resulta muy emocionante ver cómo encaja el estilo, la trama y la moda. Tengo obsesión con esto. (Debajo de la solapa *chef kiss*) “Boys run de riot” se configura como una historia coming-of-age. El crecimiento adolescente liderado por un chico trans que tiene clara su identidad de género, pero lucha cada día con su aspecto, con el mundo y con cómo se siente con respecto a la vida en general. No es abiertamente trans en todos los ambitos de su vida, pues el manga trata de mostrar este camino tortuoso. Uno basado en la experiencia del propio autor. Además de esto, por su puesto, hay un chico que necesita un grupo de amigues. O amigo procedente de los márgenes sociales. Sin decir mucho más de lo que cuenta la sinopsis, Ryo encontrará en Jin, un compañero de clase, un lugar seguro donde ser él mismo. La moda los une. Con él, quizá, Ryo encuentre un sueño inesperado. Esto me ha parecido muy entrañable. Par mí, es uno de los puntos fuertes de este manga. Una de las cosas que me daba muchísima curiosidad era el tema trans. Es cierto que no está todo perfectísimamente precisado, pero sí es realista. Me explico. Creo que hace años sí buscaría que tal o cual personaje queer fuese asquerosamente perfecto, pero ¿quién lo ha sido? Sobre todo al principio cuando no sabes nada de nada. El caso es que Ryo se expresa conforme lo que él entiende. En la primera página sale leyendo un diccionario. No es la mejor fuente para buscar información, pero todo tiene una gran carga emocional que me ha gustado muchísimo. Es torpe, lento, con ideas por definir, como muches de nosotres en la casilla de salida. Percepción final: El manga ha sido una lectura ágil, con clichés típicos de coming-of-age con ingredientes como romper moldes, ser fiel a une misme o el amor. Todo ello se adereza con moda, grafitis. Con unas pocas páginas me ha enganchado. Es precioso a muchos niveles y tantos los ritmos como los giros llevados por estos personajes imperfectos son muy buenos. Me llevo una historia que ha superado mi idea inicial. Lo recomiendo mucho. |
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