Siento mucho lo que voy a decir, porque los incondicionales de Gaiman son incondicionales, pero el Gaiman de Sandman es infinitamente superior al Gaiman del resto de sus obras, y ya puestos, alguien que merece estar por ello en el top 5 de guionistas de cómic de todos los tiempos. En este tomo concluye la serie regular, después de 75 números y alrededor de 3500 páginas de viaje maravilloso por el mundo de los sueños. Y el sueño es tan inabarcable que hablar de ello es como decir que Mr. Gaiman no ha dudado en recorrer espacio y tiempo, puesto que Sueño no es patrimonio de Inglaterra, sino del mundo entero. En el velatorio vuelven a aparecer los personajes que han discurrido por todo este viaje, cada cual aportando un final a su propia historia, dejándote con ganas de volver atrás y releer, porque son muchos los detalles que ya se han olvidado. Completan este tomo dos historias cortas estupendas, una de las cuales me ha dejado un gran sabor de boca: la tempestad. Y es que con este título, ¿a quién no le viene a la cabeza Shakespeare? Pues en efecto, Will Shakespeare muestra su lado más humano y personal, muy lejos de la imagen de genio que la historia nos ha legado, y escribe por encargo del señor del sueño su última obra en solitario. Un colofón maravilloso para una colección absolutamente maravillosa. Quien no haya soñado con esto... |