Se buscan mujeres sensatas

Ambientado en un futuro distópico que recuerda al Viejo Oeste, Estados Unidos está gobernado por fascistas homófobos y misóginos que controlan todo lo que escuchas, lo que lees e incluso a quién amas.

La historia empieza con Esther huyendo de casa para evitar casarse por la fuerza con el ex prometido de su mejor amiga y amante secreta, Beatriz, después de presenciar su ejecución al ser colgada por los cargos de desviación y posesión de propaganda de revolucionaria.
Esther sabe que lo que hicieron Beatriz y ella está mal, así que se esconde en un carromato de las bibliotecarias con la esperanza de unirse a su grupo porque piensa que si se une a ellas aprenderá a ser mejor y así puede que no vuelva a hacerle daño a nadie más.

En este futuro indeterminado las bibliotecarias son supuestamente mujeres castas y de moralidad sensata, leales al Estado, que viajan de pueblo en pueblo distribuyendo libros y folletos cuidadosamente autorizados.

Pero resulta que las bibliotecarias no son lo que Esther esperaba. Son espías y agentes queer que se dedican al contrabando de suministros, de material no aprobado por el régimen, e incluso ayudan a personas que necesitan escapar. Esther esperaba tener una vida mejor y curarse de su "mal", pero lo que encuentra es un grupo de personas queer que se quieren y se aceptan a sí mismas. El grupo de las bibliotecarias está formado por: Bet y Leda, que son pareja, y Cye, que es no binaria.

En el transcurso de un viaje a caballo por áridas tierras para llegar a Utah, Esther tiene que desaprender muchos viejos hábitos de pensamiento. Es una historia de crecimiento y autodescubrimiento, sobre la superación de la homofobia interiorizada.

Es un libro muy interesante y entretenido, destacando problemas sociales críticos. Tiene muy buen ritmo desde el principio y se lee muy rápido, y como toda buena historia del Viejo Oeste, tiene acción, aventuras y tiroteos en el desierto.

La novela tiene algo menos de 200 páginas y la verdad es que hubiese preferido que fuera más larga porque me habría encantado conocer y saber más del resto de bibliotecarias.

«O huyes o te quedas»