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Esta es la historia de Santiago Nasar, o el pueblo que sabía de su muerte inminente e injusta, pero no hizo nada al respecto. Es un gran examen de la culpa colectiva que captura la personalidad de un lugar que parece fascinante, al tiempo que ofrece una historia que se mueve sin problemas de la comedia negra al gore, al romance y viceversa, como si nos abriesen una pequeña ventana a una trágica cadena de eventos. Me divertí mucho leyéndola, y entiendo de dónde vienen los elogios. A menudo he oído hablar de este libro en términos de cómo Márquez trabaja con el tiempo, y es cierto que es ingenioso. Son increíbles, las distorsiones y vacilaciones y el retroceso y avance rápido que maneja desde la completa calma mientras se superpone a todos estos momentos. Esto es algo que todavía me deja asombrada. Pero lo que realmente me atrapó esta vez fue cuán presente estaba el narrador. Es genial, cómo recopila información desde todos los ángulos, de su familia y conocidos. La gran cantidad de personajes, la forma en que sus recuerdos chocan para que la ciudad misma parezca una persona. Gabriel García Márquez ha escrito líricamente una crónica la cual he amado por muchas razones y por todos los temas que trata, como la hipocresía humana, la violencia, la negación, la ferocidad de los hombres y la injusticia que en conjunto conduce a la culpa o la indiferencia. Habiendo escrito por uno de mis autores favoritos, esta crónica lírica sigue siendo una de mis favoritas y la recomiendo encarecidamente. |
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