Jugando con fuego

La razón que me llevó a leer este libro es que contiene mi cliché favorito y las buenísimas valoraciones de Amazon y, bueno, es entretenido, pero no me convenció.

Empieza muy bien, con buen ritmo, se lee rápido, la forma de escribir de la autora me gusta y la relación de los protagonistas engancha.
El problema es que llega un punto en que los comportamientos del protagonista masculino me dejan de gustar, y aunque el resto esté bien, ya no pude disfrutar la historia.

La ambientación universitaria y el deporte mola.

Narrado a dos voces.
Izzy me gusta. Tiene personalidad y es valiente, pero si hubiera sido amiga de ella la hubiera zarandeado un poquito en alguna ocasión para que espabilara.
Kai no me ha gustado nada. Este tío necesita terapia porque su posesividad, reacciones desmedidas y agresividad alguna vez echan para atrás.

Me impactó el final por lo rápido que se resuelve (sé que hay continuación, pero no me convence igualmente).
La escena final, que es MUY importante, me dejó de mala leche y solo sirvió para reafirmarme en que merecía acabar de otra forma (aunque no hubiera continuación).

No creo que lea el segundo.