Me ha encantado la novela. La inmersión en la historia es absoluta y los personajes son apasionantes, así como la trama, que te tiene en vilo, literalmente, hasta la última página. Eso sí, no esperéis una historia para estómagos sensibles: el autor no hace concesiones, cosa que me ha encantado por su valentía y porque huye de cualquier clase de buenismo. Nos relata un mundo tal cual fue, crudo y cruel. Gracias al autor por esta obra, a mí modo de ver, muy necesaria. |